ALBERTO LISTA (1775 - 1848)
|
Alberto
Lista (1775-1848) sacerdote, escritor y masón
|
|
|
El afrancesado escritor y sacerdote sevillano Alberto Rodríguez de Lista y
Aragón (1775-1848) se había visto obligado a exiliarse al acabar la
Guerra de la Independencia. Lista fue iniciado en la masonería durante
el reinado de José I en la logia “San José de Itálica” de Sevilla,
adscrita al Gran Oriente de España. Durante esos años leería en su
taller algunos poemas inspirados en diversos conceptos masónicos, como
el simbolismo, la luz de Oriente o el escocismo. En 1817, y para poder
permanecer en España sin ser procesado por la Inquisición,
justificaría su entrada en la masonería por vanos motivos de
curiosidad. En una carta enviada al masón Reinoso el 25 de julio de
1817, explicaba así que:
“Chano [Sebastían
Miñano] está ya libre de Booz [masonería]. Yo no me he atrevido
todavía a hacerlo, temiendo que de Logroño (Tribunal más próximo)
escribiesen a Sevilla, y sabiéndose ahí mi entrada, pensasen en
perseguirme. Galdiano (el regente de Pamplona en tiempo de José) me ha
aconsejado la inacción. Por otra parte, yo asistí muy poco (hasta que
conocí lo tonta que era esa Asociación) y no fui recibido sino por
comunicación, esto es, sin juramento ni ceremonias. Infórmate si ha
sido trasladado y absuelto en esa Inquisición el venerable que había
en esa logia, llamado Clavijo. Yo no fui nunca nada, y entré más bien
forzado por los amigos que por mi voluntad, y solo asistí seis veces.
Todas estas consideraciones me tienen irresoluto, porque no sé lo que
será mejor o peor. Si puedes tener influencia en la opinión de ciertas
personas sobre mi religión, hazles saber que en tiempos de los
franceses no dejé de confesar y de ejercer mi ministerio en el púlpito
y el altar; que mis doctrinas en el confesionario, en el púlpito y en
mis versos impresos sobre materias de religión han sido siempre las
más sanas y ortodoxas. Yo no tengo nada que me remuerda la conciencia
en cuanto al fuero externo sino haber notado algunos abusos en las
órdenes religiosas y haber censurado las formas secretas del Tribunal
de la Fe. Lo de Booz fue en mí más un objeto de curiosidad que otra
cosa” (Carta
n.º XIX según la numeración de la correspondencia de Alberto Lista de
Hans Juretschke, Vida, obra y pensamiento de Alberto Lista,
Madrid, 1951, pp. 538-539).
Lista formalizaría su abjuración con el fin de ser perdonado. Así se lo
comunicó a su Hermano Reinoso en una nueva misiva fechada el 2 de
septiembre de 1817: “He hecho la delación de Booz y di cuenta de la
anterior abjuración en Francia. Me recibió muy bien el comisario,
amigo del regente Galdiano, que le había hablado. Me dijo que no sería
menester ir a Logroño, ni aun escribir, y que yo debía estar incluido
en la amnistía del primer año”.
De entre sus poemas, merece destacarse uno de ellos, el titulado “El
triunfo de la tolerancia”, muy probablemente leído en la logia, a la
vista de las numerosas alusiones que en él se hacen a la masonería,
como “Hombres, hermanos, sois, vivid hermanos”; “Ese lumbroso Oriente”
[la masonería]; o el “caledonio golfo”, posible referencia al rito
escocés. Recuérdese, asimismo, de este autor su Oda de la
Beneficencia, y especialmente su alusión a la logia como una
“gruta”.
Al regresar a España, tras la revolución de Riego, fundó con otros dos
antiguos masones afrancesados, Sebastián de Miñano y José Hermosilla,
las revistas El Censor (1820-1822) y El Imparcial
(1821-1822). Exiliado de nuevo tras el fin del Trienio Liberal en
1823, volvió definitivamente a España en 1833 para dirigir la
Gaceta de Madrid, labor para la que contó con colaboradores como
Hartzenbusch, Cándido Nocedal, Salvá, Eugenio de Ochoa, Pérez Anaya,
Francisco de Paula Madrazo y Navarrete. Posteriormente se dedicó a la
docencia en el colegio gaditano de San Felipe Neri. Pasó luego a
Sevilla, donde presidió la Academia de Buenas Letras y fue nombrado
canónigo de la catedral. Ingresó en 1847 en la Real Academia de la
Historia.
Extractado de: Javier Alvarado Planas, Masones
en la nobleza de España, Madrid, 2016, pp. 174-176.
OBRAS
|
Tumba de Alberto Lista en el Panteón de Hombres
Ilustres, Iglesia de la Anunciación de Sevilla |
|
|
|
* Elogio del
Serenísimo Señor Don José moñino, Conde de Floridablanca, Presidente
de la Suprema Junta Central gubernativa de los Reynos de España e
Indias, Sevilla, Imprenta Real, 1809.
* Tratado
elemental de Geometría. Aplicación del Álgebra a la Geometría y
Trigonometría rectilíneas. Bilbao: Antonio Apraiz, 1819.
* Reflexiones
imparciales sobre la Inquisición, Madrid, 1820.
* Colección de
trozos escogidos de los mejores hablistas castellanos, en verso y
prosa: hecha para el uso de la Casa de Educación, sita en la calle de
San Mateo de la Corte (2 vols.), antología de textos de literatura
clásica española en verso y prosa.
* Poesías,
Madrid, 1822.
* Resumen
analítico de la Historia Universal del Conde de Segur, 1838, resumen y
traducción de Louis-Philippe de Ségur Histoire universelle, ampliado
por Lista.
* Lecciones de
literatura dramática española explicadas en el Ateneo Científico,
Literario y Artístico (Madrid, 1839)
* Artículos
críticos y literarios, Palama, 1840.
* Ensayos
literarios y críticos (Sevilla, 1844, 2 vols., con prólogo de José
Joaquín de Mora).
POEMAS DE LISTA
EL TRIUNFO DE LA TOLERANCIA
(Leida en Logia o en una Sociedad de
beneficencia). El poema está plagado de referencias a la masonería;
“Hombres, hermanos, sois, vivid hermanos”, “Ese lumbroso Oriente”, o
el “caledonio golfo”, referencia última que podría hacer referencia al
rito escocés).
¡Ay, cuándo brillarás, felice dia,
en que estreche el humano
con el humano la amorosa diestra?
¿cuándo será el momento, que destierre
á la olvidada historia
el grito funeral de guerra y gloria?
Dulce beneficencia, tú del
cielo
el don mas delicioso,
del mísero mortal desconocida,
¿á dónde, á donde fijarás tus aras,
cuando en tu fuego ardiente
se purifique l malvada gente?
Ah! desciende: tu santo trono
sean
rendidos corazones,
y la virtud tu sacrificio: extiende
el cetro bienhechor que te confía
el Hacedor del mundo,
y llena el orbe de tu ardor fecundo.
Oh! Tantas veces tanto
suspirada
de las almas sensibles,
y apenas á sus votos concedida!
Ven: contigo la paz, la tolerancia,
y la amistad hermosa
embellezcan la tierra ya dichosa:
Que asaz de sangre retiñó su
acero
el fanatismo impío,
de la máscara hipócrita velado:
asaz quemó su antorcha asoladora,
á la ambición prestada,
del inocente la infeliz morada.
[…]
Execrables hogueras! allí arde
nuestra primera gloria:
la libertad común yace en cenizas
so el trono y so el altar. Allí se
abate
bajo el poder del cielo
del libre pensamiento el libre vuelo.
Dónde corréis, impíos? ¿qué
inhumana,
qué sed devoradora
de sangre y de suplicios os enciende?
¿No veis en esa víctima sin crimen,
que la impiedad condena,
de la patria la mísera cadena?
Y qué! grande Hacedor, ¿en
nombre tuyo
siempre el mortal perverso
degollará y oprimirá? Creando,
cual es su corazón, un Dios de ira,
¿volará á las matanzas
invocando al Señor de las venganzas?
Más ay! ¿qué grito por la
esfera umbría
desde la helada orilla
del caledonio golfo se desprende?
hombres, hermanos sois, vivid
hermanos:
y vuela al mediodía,
y al piélago feliz do nace el día.
Si, que una vez el Hacedor
benigno
dijo: que la luz sea,
y fue la luz. Tronó sereno el cielo,
y desde el Tajo hasta el remoto Gánges
desplómanse al abismo
las aras del sangriento fanatismo.
[…]
Ese lumbroso oriente, ese
divino
raudal inextinguible
de saber, de bondad y de clemencia,
fue trono de feroces magistrados,
cuya justicia impía
vengar de Dios la injuria presumía.
¡Olvido eterno á su crueldad! Y
sea
castigo á tanto crimen
el perdón, que las víctimas conceden.
Si es posible, tu velo, ó tolerancia,
sepulte sus errores,
y tú, prole futura, los ignores.
Hijos gloriosos de la paz, el
día
del bien ha amanecido:
cantad el himno de amistad: que presto
lo cantará gozoso y reverente
el tártaro inhumano
y el isleño del último Océano.
|
Panteón de Hombres Ilustres, Iglesia de
la Anunciación de Sevilla |
|
|
A LA AMISTAD
La ilusión dulce de mi edad primera,
del crudo desengaño la amargura,
la sagrada amistad, la virtud pura
canté con voz ya blanda, ya severa.
No de Helicón la rama lisonjera
mi humilde genio conquistar procura;
memorias de mi mal y mi ventura,
robar al triste olvido sólo espera.
A nadie, sino a ti, querido Albino,
debe mi tierno pecho y amoroso
de sus afectos consagrar la
historia.
Tú a sentir me enseñaste, tú el
divino
canto y el pensamiento generoso:
Tuyos mis versos son y esa es mi
gloria.
En la Oda de la Beneficencia,
Lista se refiere a la logia como “gruta” en la que:
«Aquí tienes tus aras,
aquí tienes deidad oculta, víctimas y
templo.
Aquí la espada impía no alcanza
ni la astucia del inicuo,
ni el furor de la armada tiranía…
Lejos, profanos, id…
………………
Vosotras consagradas
almas a la virtud, la humana mente
tornad piadosa;»
|